Ana Belén y Juan Cruz Jurado, Rodrigo Tapia y Mario Liendro son las victimas de Jorge Omar Barrientos, quien los mató con su automóvil en el interior del camping complejo Juanillo López, ubicado en la ruta 51, el 19 de enero de 2014. El asesino fue condenado a 8 años de prisión, pero fue liberado a los cuatro años.
TRAGEDIA
No siempre las historias de terror comienzan en la oscuridad. Era un maravilloso y perfecto día de enero de 2014. Es esa época del año en que nadie atiende el teléfono. Es una época en que parece ser que el espíritu esta relajado y el primer mes del año transcurre con otro ritmo.
A eso de las ocho de la mañana un sujeto que trabajaba en la curtiembre de Rosario de Lerma se acercó a otros jóvenes para invitarlos a formar parte de una ingesta alcohólica que cambiaría sus vidas para siempre. “Yo estoy de vacaciones, no se preocupen, pago yo”, les dijo.
Mientras tanto y con el trascurrir de la mañana, la familia Jurado se aprestaba a pasar una jornada a pleno sol. Don Oscar Alfredo Jurado rodeado de sus afectos ni imaginaba que a solo unos kilómetros de ahí, Jorge Omar Barrientos conducía su automóvil color rojo, absolutamente intoxicado y que nada en el mundo podía hacerle entender que la velocidad y el alcohol jamás se llevaron bien.
Los hilos del destino perversamente iban a cruzarse solo unos minutos cercanos al medio día. En el interior del complejo Juanillo López, ubicado en la ruta 51, la familia Jurado y unos amigos disfrutaban de la reunión sin sospechar que en un par de minutos serían auténticos pasajeros de una pesadilla. De que la vida iba a mostrarles su cara más fea.

EL DIABLO AL VOLANTE
El tacómetro del velocímetro marcaba 170 km/h pero el pie de Barrientos parecía cada vez más pesado, mientras los vapores etílicos nublaban todos sus reflejos. De pronto un derrape transformó el Fiat Uno color rojo en una monstruosa masa de casi una tonelada de peso y totalmente fuera de control, el vehículo se levantó en el aire, pasando por encima del alambrado olímpico del predio.
Lo último que vieron las víctimas de esta auténtica masacre debió ser una mancha roja que en un segundo ocupó toda la visual. La carrocería del automóvil aterrizó sobre un mesón donde estaban tres de las víctimas de este horror. Fue tal la violencia del impacto que lo único que pudo frenar a Barrientos fue un Renault 9 color blanco que sirvió de muro de contención, ya que de no haber estado ese vehículo allí, solo Dios sabe a cuantas personas más habría matado este ebrio asesino.
Ana Belén y Juan Cruz Jurado, y Rodrigo Tapia murieron tras la violentísima colisión. Pero aún faltaba una víctima más. Mario Liendro era uno de los jóvenes que formó parte de la invitación de Barrientos y había tenido la mala fortuna de abordar su automóvil.
El suplicio de Liendro duró una semana, ya que su agonía se prolongó ocho días y finalmente su cuerpo no resistió a los traumatismos que sufriera tras el impacto, por lo que Barrientos sumó una nueva víctima cuando ya esperaba el proceso en condición de detenido.
LA CONDENA
La Sala II del Tribunal de Juicio compuesta por los magistrados Ángel Amadeo Longarte, Bernardo Ruiz y María Victoria Montoya Quiroga, condenó a Jorge Omar Barrientos a la pena de ocho años de prisión por los delitos de homicidio simple, lesiones graves y lesiones leves con dolo eventual –en concurso ideal–.
Un dato paradójico se conoció en el transcurso del juicio. Los fallecidos en esta tragedia no son considerados víctimas de “accidente de tránsito”, porque no se encontraban participando del tránsito vehicular.
TIEMPO DESPUES
Barrientos tras haber pasado cuatro años en la cárcel, y presentar una constancia de buena conducta, de trabajo asegurado y establecer domicilio, le otorgaron la libertad a Omar Barrientos, quien fue condenado a ocho años por un siniestro vial ocurrido en enero de 2015, en Campo Quijano, donde perdieron la vida cuatro jóvenes.
La noticia causó asombro y malestar entre los familiares de las víctimas, quienes manifestaron su dolor por que ahora “el responsable de la muerte de sus hijos está libre antes de cumplir la condena”.
